domingo, 12 de mayo de 2013

UNASUR: ¿Pero unión de qué?



La Unión de Naciones Sudamericanas, para su mayor entendimiento, simplemente UNASUR, ha sido desde su creación y la oficialización de sus funciones en el año 2011 un bloque que, a pesar de tener entre sus principales objetivos –tal como dicta su nombre- la unión y paz entre sus países integrantes, ha sido uno de los más conflictivos e incluso cizañadores con el objetivo de lograr el oculto afán que a través de los años ha sabido sacar a relucir: Una hegemonía de izquierda. 

Ser de izquierda no es un pecado, pero crear un bloque a nivel subcontinental con la fachada de promotor íntegro de la paz y progreso, eso sí es bastante indignante.

Es inevitable recordar a uno de los principales – por no decir el principal – cabecillas en esta manada: El difunto presidente de la República Bolivariana de Venezuela: Hugo Chávez Frías, quién es ahora reconocido por esta fundación como “El visionario de la paz que la UNASUR fomenta”.

Por supuesto, todo dictador es un héroe después de muerto; pero ciertamente me queda la duda de saber ¿qué paz se fomentó? ¿Acaso fue en Paraguay hace menos de un año?
Inolvidable fue aquella acción de su entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro –actualmente, y me atrevo a decir que dudosamente, Presidente de Venezuela -  al tildar de urgente la inmiscusión de la UNASUR en un conflicto netamente  interno de Paraguay como lo fue la destitución del ahora ex – presidente de Paraguay, Fernando Lugo, acusado de mal desempeño de sus funciones públicas a raíz del alarmante número de muertos y heridos en el enfrentamiento militar-campesino en Curuguaty. 

Pero hablar de un simple entrometimiento de parte de la UNASUR y especialmente del Canciller Venezolano, sería algo bastante escueto para la realidad, ya que esta nos habla de la  nada pacifista y mucho menos diplomática invitación de Maduro dentro del mismísimo Palacio de López  hecha a los militares paraguayos a iniciar una sublevación contra su propia Carta Magna aludiendo que, de no hacerlo, ellos y el pueblo pagarían por las consecuencias.  
¿Acaso no es esta la más transparente y bella lección de unidad y solidaridad con un país vecino?

Las respuestas son bastante obvias desde mi punto de vista.

Asimismo podemos dar un gran ejemplo de esta reciente y popular frase: “Chávez no ha muerte, Chávez es un pueblo”, así como se puede agregar que “Chávez es la UNASUR”, pero eso es a gusto del cliente.

Pese a unos ajustados y grisáceos resultados de los comicios venezolanos del pasado 14 de abril del presente año, que dieron como ganador al ex –vicepresidente del gobierno Chavista, Nicolás Maduro –el mismo instigador de un Golpe en Paraguay – causando una serie de protestas por parte de la oposición liderada por Henrique Capriles; la UNASUR, siempre tan servicial ante problemas de este calibre,  organizó una reunión de carácter urgente en nuestra capital, Lima, con un fin un tanto – y la vez no tanto- ambiguo:  Informar sobre la situación venezolana y pedir que cese el conflicto , así como también reconocer como nuevo Presidente a Nicolás Maduro Moros.  

Interesantes elecciones de temas fueron los seleccionados en la reunión convocada por nuestro actual mandatario, Ollanta Humala.

Me parece desconcertante la manera en la que estos 8 mandatarios asistentes – sin contar al agasajado en cuestión, el Sr. Maduro- de esta reunión aceptaron complacidos aquella venda en los ojos al aceptar un resultado como el que saltó de las pasadas elecciones venezolanas, los cuales demuestran el rechazo de la mitad de todo un país ante la posible continuación de un régimen que no ha traído más que una pobreza tan crónica como los desniveles en la economía de aquel país. Y si esos son motivos de poco peso, el hecho de las más de 3000 incidencias encontradas en estas elecciones, así como los hostigamientos y agravios de parte del oficialismo venezolano, pues pienso que añaden el peso restante.

Puede que sea una congregación de intereses personales de cada mandatario, o puede que sea un fiel respeto a la soberanía de un Rey muerto, pero si hablamos de la UNASUR y del desempeño de sus funciones y la palabra clave en su nombre: Unión; pues es claro decir que estos solo existen en pensamiento, nombre y, por supuesto, para permitirle a los niños de aquel  padre “visionario” seguir jugando a ser los mesías de una revolución retrógrada.


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